Grupo 3: Gallegos, Gorini, Yoffret y Boeri
Durante la clase expusieron tres grupos a partir de las lecturas asignadas por la cátedra en el marco del primer trabajo practico del año. En este sentido, en una primera instancia, el primer grupo en exponer tomó a consideración ejes como globalización, mercado y tecnología. Fue a partir de la crisis de los años setenta que se dio un proceso de “revolución creadora”. Es decir, que, y retomando lo expuesto por Bauman, es en esta etapa histórico- productiva que se da la transición hacia la sociedad de la información, basada principalmente en las democracias. En este sentido, dentro de estas nuevas sociedades se establece una economía caníbal a partir del mito liberal de que la economía tiene que crecer porque el crecimiento es un fin en sí mismo.
De esta forma, se llevan a cabo políticas de austeridad en la que el sistema capitalista beneficiará a los países considerados primermundistas, mientras que a los que se encuentran en “vías de desarrollo” se les promete que, por el paso del tiempo, ellos conseguirán finalmente un desarrollo de sus capacidades productivas cuando, en realidad, esto nunca ocurrirá pues los roles establecidos se perpetúan por el funcionar del sistema ya que para que existan países ricos, se necesitan países empobrecidos. Además, dentro de este contexto, se da un proceso de concentración de las empresas de medios en el que, por un lado, se pierden (muchas) posibles voces y, por el otro, se comienza a esfumar la posibilidad que tiene el Estado, garante de dichas democracias, de regular a los medios de comunicación.
Fue en esta perspectiva que el segundo grupo desarrolló su exposición, asegurando que es a partir de la unión entre las coorporaciones y los conglomerados de medios que los gustos de las audiencias y, por consiguiente, sus consumos, se homogeneizan. Se da, entonces, una triada entre el poder financiero, el poder político- judicial y los medios de comunicación.
De esta manera, se debatió en la clase sobre la idea de la comunicación y los medios como un cuarto poder dentro de nuestras sociedades posmodernas. Sin embargo, desde la cátedra se invitó a reflexionar acerca de esta premisa ya que esta no funciona como tal. Tanto el Poder Judicial, como el Poder Ejecutivo y el Legislativo poseen control y regulación entre sí. Sin embargo, el poder mediático no. De allí radica la importancia de repensar cómo es que funciona este ya que parece ser, y de hecho es, autónomo a los demás. Tomando puntualmente el caso argentino, durante los primeros días del Gobierno de Mauricio Macri, se desmontó toda la estructura legislativa que se había conseguido durante el Gobierno anterior en materia legislativa y regulatoria para con los medios en pos de “incentivar la libre competencia”.
El tercer grupo, en este sentido, retomó la entrevista realizada a Oscar Aguad, en ese momento Ministro de Comunicaciones del país, en el que él explica que los medios “van a tener que invertir”. De esta forma, se cancelan las posibilidades que existian anteriormente para los pequeños medios o para aquellos que funcionaban como cooperativas o como medios populares de competir contra grandes monopolios mediáticos. En este sentido, se retoman ideas de la economía caníbal a partir de la cual, quien más tiene, gana.
Durante la clase expusieron tres grupos a partir de las lecturas asignadas por la cátedra en el marco del primer trabajo practico del año. En este sentido, en una primera instancia, el primer grupo en exponer tomó a consideración ejes como globalización, mercado y tecnología. Fue a partir de la crisis de los años setenta que se dio un proceso de “revolución creadora”. Es decir, que, y retomando lo expuesto por Bauman, es en esta etapa histórico- productiva que se da la transición hacia la sociedad de la información, basada principalmente en las democracias. En este sentido, dentro de estas nuevas sociedades se establece una economía caníbal a partir del mito liberal de que la economía tiene que crecer porque el crecimiento es un fin en sí mismo.
De esta forma, se llevan a cabo políticas de austeridad en la que el sistema capitalista beneficiará a los países considerados primermundistas, mientras que a los que se encuentran en “vías de desarrollo” se les promete que, por el paso del tiempo, ellos conseguirán finalmente un desarrollo de sus capacidades productivas cuando, en realidad, esto nunca ocurrirá pues los roles establecidos se perpetúan por el funcionar del sistema ya que para que existan países ricos, se necesitan países empobrecidos. Además, dentro de este contexto, se da un proceso de concentración de las empresas de medios en el que, por un lado, se pierden (muchas) posibles voces y, por el otro, se comienza a esfumar la posibilidad que tiene el Estado, garante de dichas democracias, de regular a los medios de comunicación.
Fue en esta perspectiva que el segundo grupo desarrolló su exposición, asegurando que es a partir de la unión entre las coorporaciones y los conglomerados de medios que los gustos de las audiencias y, por consiguiente, sus consumos, se homogeneizan. Se da, entonces, una triada entre el poder financiero, el poder político- judicial y los medios de comunicación.
De esta manera, se debatió en la clase sobre la idea de la comunicación y los medios como un cuarto poder dentro de nuestras sociedades posmodernas. Sin embargo, desde la cátedra se invitó a reflexionar acerca de esta premisa ya que esta no funciona como tal. Tanto el Poder Judicial, como el Poder Ejecutivo y el Legislativo poseen control y regulación entre sí. Sin embargo, el poder mediático no. De allí radica la importancia de repensar cómo es que funciona este ya que parece ser, y de hecho es, autónomo a los demás. Tomando puntualmente el caso argentino, durante los primeros días del Gobierno de Mauricio Macri, se desmontó toda la estructura legislativa que se había conseguido durante el Gobierno anterior en materia legislativa y regulatoria para con los medios en pos de “incentivar la libre competencia”.
El tercer grupo, en este sentido, retomó la entrevista realizada a Oscar Aguad, en ese momento Ministro de Comunicaciones del país, en el que él explica que los medios “van a tener que invertir”. De esta forma, se cancelan las posibilidades que existian anteriormente para los pequeños medios o para aquellos que funcionaban como cooperativas o como medios populares de competir contra grandes monopolios mediáticos. En este sentido, se retoman ideas de la economía caníbal a partir de la cual, quien más tiene, gana.
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