Grupo 3: Emiliano Supisiche, Majo Draperi y Julián Favre.
La clase del miércoles 17 de mayo arrancó con una pequeña paradoja, ya que uno de los grupos que tenía que exponer no contaba con las consignas del eje 8, a lo que una compañera no tardó en remarcar que era justo el eje que trataba la temática de Papel Prensa, la concentración de medios, el proceso militar y el poder judicial, y que podría tratarse de una “censura”.
De esta manera empezamos viendo un video en el que premiaban a Héctor Magneto, el dueño del grupo Clarín, como un exponente de la libertad de expresión, y allí hablaba de la importancia de la comunicación y de los medios. Esas nociones dieron pie a nuestros compañeros para definir la comunicación como “un derecho humano”, y aseguraron que es el Estado quien debe garantizar ese derecho a la comunicación.
El segundo video fue un discurso de Daniel Vila, el presidente de “Uno Medios”, en donde el empresario criticaba fuertemente la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que había sido impulsada hacía pocos días por el gobierno kirchnerista. Este último video fue el que se prestó más para el debate, ya que Vila argumentaba sin sentido que dicha ley tenía una gravedad comparable con el golpe de Estado del año 1976.
El problema para los empresarios era que con la aprobación de la Ley de Medios, sus medios de comunicación podían “desaparecer”. Y en realidad, tal como discutimos en la clase, es un argumento muy engañoso, ya que la intención de la ley era poner límites a la cantidad de licencias por grupo, y en caso de exceder ese límite, otorgar plazos para desprenderse de algunos. Así, el objetivo era la desconcentración, la federalización, la pluralidad y la desmonopolización de los grandes medios, dotados de un poder descomunal.
Entre los puntos más importantes de la normativa, repasamos los siguientes:
• Dividir el espacio radioeléctrico en tres partes iguales: el Estado, el sector privado y medios comunitarios o alternativos.
• Crear el AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación audiovisual), un nuevo ente de control autárquico que vigilaría el cumplimiento de la ley.
• Impedir la formación de monopolios, reduciendo de 24 a 10 las licencias de señal de radio y TV en poder de un solo dueño.
• Reducir el tiempo de otorgamiento de la licencias a 4 años.
Finalmente, debatimos sobre la derogación de la ley mediante un decreto, con la llegada del gobierno de Mauricio Macri, y nos preguntamos: si la comunicación es un derecho de todos ¿por qué la ciudadanía no se apropió de este derecho y defendió esta ley que buscaba desconcentración y la pluralidad de voces? Tal vez sea por la falta de soporte constitucional, pero es una pregunta que debemos seguir haciéndonos.
La clase del miércoles 17 de mayo arrancó con una pequeña paradoja, ya que uno de los grupos que tenía que exponer no contaba con las consignas del eje 8, a lo que una compañera no tardó en remarcar que era justo el eje que trataba la temática de Papel Prensa, la concentración de medios, el proceso militar y el poder judicial, y que podría tratarse de una “censura”.
De esta manera empezamos viendo un video en el que premiaban a Héctor Magneto, el dueño del grupo Clarín, como un exponente de la libertad de expresión, y allí hablaba de la importancia de la comunicación y de los medios. Esas nociones dieron pie a nuestros compañeros para definir la comunicación como “un derecho humano”, y aseguraron que es el Estado quien debe garantizar ese derecho a la comunicación.
El segundo video fue un discurso de Daniel Vila, el presidente de “Uno Medios”, en donde el empresario criticaba fuertemente la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que había sido impulsada hacía pocos días por el gobierno kirchnerista. Este último video fue el que se prestó más para el debate, ya que Vila argumentaba sin sentido que dicha ley tenía una gravedad comparable con el golpe de Estado del año 1976.
El problema para los empresarios era que con la aprobación de la Ley de Medios, sus medios de comunicación podían “desaparecer”. Y en realidad, tal como discutimos en la clase, es un argumento muy engañoso, ya que la intención de la ley era poner límites a la cantidad de licencias por grupo, y en caso de exceder ese límite, otorgar plazos para desprenderse de algunos. Así, el objetivo era la desconcentración, la federalización, la pluralidad y la desmonopolización de los grandes medios, dotados de un poder descomunal.
Entre los puntos más importantes de la normativa, repasamos los siguientes:
• Dividir el espacio radioeléctrico en tres partes iguales: el Estado, el sector privado y medios comunitarios o alternativos.
• Crear el AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación audiovisual), un nuevo ente de control autárquico que vigilaría el cumplimiento de la ley.
• Impedir la formación de monopolios, reduciendo de 24 a 10 las licencias de señal de radio y TV en poder de un solo dueño.
• Reducir el tiempo de otorgamiento de la licencias a 4 años.
Finalmente, debatimos sobre la derogación de la ley mediante un decreto, con la llegada del gobierno de Mauricio Macri, y nos preguntamos: si la comunicación es un derecho de todos ¿por qué la ciudadanía no se apropió de este derecho y defendió esta ley que buscaba desconcentración y la pluralidad de voces? Tal vez sea por la falta de soporte constitucional, pero es una pregunta que debemos seguir haciéndonos.
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